jueves, 13 de agosto de 2015

¿POR QUÉ SE HA DIVIDIDO LAS LUCHAS POPULARES EN EL SALVADOR?

Por: Dimas Coyote
Actualmente, El Salvador se ha convertido en el 9° anillo del infierno que describe Dante en su obra “La Divina Comedia”, no es para menos, una guerra se ha desatado (o declarado oficialmente) entre las pandillas y el Estado Salvadoreño. Con temor a ser muy desatinado, podría decir que la fecha real de declaración de guerra contra las pandillas se remonta a julio de 2003, con el entonces presidente de El Salvador, Francisco Flores, declara su famoso “Plan Mano Dura” en contra de las pandillas en El Salvador. 12 años con militares en la calle, con policías armados con fusiles AR-15, FAL, sub ametralladoras UZI y otras armas de grueso calibre. El riesgo de muerte en El Salvador por arma de fuego es tan alto que no creo que sea necesario mencionarlo en este artículo.
Todo esto se da en el contexto de “paz” que se supone que se instaura en 1992, lo que en ocasiones, sociólogos lo han llamado “Pacto entre fuerzas sociales” lo que vuelve a la política democrática burguesa a tomar el papel que la guerra había hecho que se tomara (recordando la frase conocida de Carl von Clausewitz: La guerra es la política por otros medios; y la también transvaloración de Foucault: La política es la guerra por otros medios). Se obtuvo una libertad política en la cual se podía decir libremente a cualquier persona que era lo que yo quería ser tanto en la política, en la sexualidad, en lucha de derechos civiles, entre otras.
Entonces, podemos decir que El Salvador vive en estos momento una ruptura del pacto entre las fuerzas sociales, observamos que la derecha burguesa necesita o busca apresuradamente tener de nuevo las riendas del ejecutivo y legislativo, esto no es ante una amenaza comunista o progresista, sino ante una alianza de un sector de la derecha burguesa excluida de los negocios Estatales y la izquierda burguesa (socialdemócrata), no es necesario aclarar más este punto que en otros espacios se han aclarado. Solo en una cosa están claros, deben destruir al que en este momento es su enemigo: Las Pandillas. Lastimosamente no mencionan el narcotráfico que es el monstruo real. El Estado Salvadoreño necesita volver a tomar el control territorial perdido desde las épocas del conflicto armado. Mal tarea hizo el FMLN al no apoyar, articular, financiar y enseñar a pensar a lo que fueron sus comités de base en todo el país; al no crear cuadros en estas zonas, dejó que día a día fueran los jóvenes buscando otras “oportunidades” para sobrevivir.
No es que sea parte del FMLN, pero es necesario acusar su draconiano plan contra la creación de cuadros (que no han sido retomados), lo que crea que la mayoría de sus militantes no tenga una preparación ideológica y que no pueda llamar a más adeptos.
Y en sí, para todos nosotros que tenemos una ideología política de lo que se puede considerar de izquierda. Mea culpa.
Ante la poca preparación ideológica que puedan tener movimientos postmodernistas, organizaciones y asociaciones estudiantiles, sindicatos públicos y privados, gremios y proletariado en general, en El Salvador se ha entrado en lo que Cayetano Carpio llamaba: instinto de clase, o sea, la expresión espontanea de indignación, el deseo de organización y la exigencia de reivindicación[1]; el mero conocimiento de que existe un enemigo (que a veces no es el enemigo) nos hace sentirnos parte de una causa y aquel que no se encuentre en esa causa, es desplazado a pesar de ser parte de nuestra clase. Nos gusta etiquetarnos y es propio del instinto de clase, no de la conciencia de clase; el instinto da paso al izquierdismo, a buscar todo instantáneamente pero no a una preparación real tanto ideológica, como política y económica.
Pero eso no responde completamente la pregunta central expuesta en este artículo, desde mi punto de vista, existe un factor que le he llamado “Nostalgia de guerra civil”, en este caso lo describiré como ese ilógico deseo de sentirse que uno lucha, que uno tomará un fusil, de que tarde o temprano podrán reprimirnos y que de alguna manera unificará la lucha. Esto es peligroso, ya que distorsiona nuestra sensación, percepción, representación y aprehensión de la realidad y nos hace tener un “análisis” ahistórico de lo que acontece en El Salvador. No nos podemos guiar por aventurismos o sentimientos de heroísmo. El triunfo popular será no por un mesías, sino por la lucha de la clase popular en El Salvador y Centroamérica en general.
Por último, creo que es necesario decir que las ideas izquierdistas se han Institucionalizado en el FMLN, la institucionalización de las ideas comunistas, en una sociedad democrática burguesa liberal, han dañado completamente el aparataje de lucha que se podría tener; cuando se institucionaliza, se tiene un enemigo, pero, ¿es realmente ARENA el enemigo?, ARENA es parte de la maquinaria del enemigo, pero no es el enemigo principal, a lo largo de la historia el enemigo muta, se disfraza: Pro Patria, PRUD, PCN, PDC, hoy ARENA, mañana ¿PSP? ¿FMLN? ¿GANA?, no importa el nombre. En los años 60 eran militares y algunos oligarcas, ¿sigue siendo la oligarquía el enemigo? Claramente, pero no podemos desde ya llamarla oligarquía, han mutado de igual manera. La clase burguesa será nuestra enemiga siempre, el imperialismo el enemigo verdadero, el sistema capitalista, el enemigo inmaterial. La institucionalización nos ciega, creemos que todos los que son de ARENA no merecen ni que les hablemos, los excluimos cuando al final son de nuestra misma clase, Fidel Castro decía: “Y cuando alguien no comprende algo, no cesen de discutir con el hasta que comprenda, y si no comprende hoy, comprenderá mañana, comprenderá pasado, porque las verdades de la realidad histórica son tan claras, tan evidentes, que tarde o temprano toda inteligencia honrada las comprende. Es decir, no se trata de adoctrinar.”
Ante esta situación encontramos que se han creado tantas organizaciones, que a pesar de no ser parte del FMLN buscan una institucionalización, declaran traidores a los del FMLN, y es cierto, el FMLN es traidor, pero no todo el FMLN, la cúpula es la traidora, la base es engañada. No es necesario excluir a todos, solo a aquellos que se atrevieron a escupir sobre los muertos y mártires de nuestra lucha revolucionaria.
Para concluir este pequeño artículo, me atrevo a recomendar los pasos necesarios para la unificación de nuestra lucha, que nuestra lucha sea siempre clasista, revolucionaria; los verdaderos revolucionarios no podemos quedarnos callados ante las injusticias que lumpen proletarios organizados por déspotas burgueses hacen ante el pueblo, ante el campesino y el trabajador.
1)      Preparación ideológica verdadera dentro de las organizaciones estudiantiles, obreras, campesinas y de gremios informales
2)      Llamado a la unidad de parte de toda aquella organización que luche contra la burguesía, el imperialismo y el capitalismo
3)      Urgente trabajo de concientización entre los barrios, colonias y escuelas a los jóvenes que tengan un riesgo enorme de entrar a pandillas.
4)      Creación de espacios populares donde se promueva las ideas de la clase obrera y se tenga acceso a cultura popular
5)      Creación de zonas obreras autónomas que sirvan de retaguardia (Nuestras montañas son las masas)
6)      Armas para el pueblo.
SOLO LUCHANDO
SOLO COMBATIENDO 
NOS FORTALECEMOS

¡¡¡ VIVAN LAS LUCHAS POPULARES!!!
¡¡¡ VIVA LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA!!!

San Salvador, 13 de agosto de 2015.




[1] Cayetano Carpio, Salvador “Principios Elementales del Sindicalismo” (1951)