Por: Dimas Coyote
Actualmente, El Salvador
se ha convertido en el 9° anillo del infierno que describe Dante en su obra “La
Divina Comedia”, no es para menos, una guerra se ha desatado (o declarado
oficialmente) entre las pandillas y el Estado Salvadoreño. Con temor a ser muy desatinado,
podría decir que la fecha real de declaración de guerra contra las pandillas se
remonta a julio de 2003, con el entonces presidente de El Salvador, Francisco
Flores, declara su famoso “Plan Mano Dura” en contra de las pandillas en El
Salvador. 12 años con militares en la calle, con policías armados con fusiles
AR-15, FAL, sub ametralladoras UZI y otras armas de grueso calibre. El riesgo
de muerte en El Salvador por arma de fuego es tan alto que no creo que sea
necesario mencionarlo en este artículo.
Todo esto se da en el
contexto de “paz” que se supone que se instaura en 1992, lo que en ocasiones, sociólogos
lo han llamado “Pacto entre fuerzas sociales” lo que vuelve a la política democrática
burguesa a tomar el papel que la guerra había hecho que se tomara (recordando
la frase conocida de Carl von Clausewitz: La guerra es la política por otros
medios; y la también transvaloración de Foucault: La política es la guerra por
otros medios). Se obtuvo una libertad política en la cual se podía decir
libremente a cualquier persona que era lo que yo quería ser tanto en la
política, en la sexualidad, en lucha de derechos civiles, entre otras.
Entonces, podemos decir
que El Salvador vive en estos momento una ruptura del pacto entre las fuerzas
sociales, observamos que la derecha burguesa necesita o busca apresuradamente
tener de nuevo las riendas del ejecutivo y legislativo, esto no es ante una
amenaza comunista o progresista, sino
ante una alianza de un sector de la derecha burguesa excluida de los negocios
Estatales y la izquierda burguesa (socialdemócrata), no es necesario
aclarar más este punto que en otros espacios se han aclarado. Solo en una cosa están
claros, deben destruir al que en este momento es su enemigo: Las Pandillas.
Lastimosamente no mencionan el narcotráfico que es el monstruo real. El Estado
Salvadoreño necesita volver a tomar el control territorial perdido desde las épocas
del conflicto armado. Mal tarea hizo el FMLN al no apoyar, articular, financiar
y enseñar a pensar a lo que fueron sus comités de base en todo el país; al no
crear cuadros en estas zonas, dejó que día a día fueran los jóvenes buscando
otras “oportunidades” para sobrevivir.
No es que sea parte del
FMLN, pero es necesario acusar su draconiano plan contra la creación de cuadros
(que no han sido retomados), lo que crea que la mayoría de sus militantes no
tenga una preparación ideológica y que no pueda llamar a más adeptos.
Y en sí, para todos
nosotros que tenemos una ideología política de lo que se puede considerar de
izquierda. Mea culpa.
Ante la poca preparación ideológica que puedan
tener movimientos postmodernistas, organizaciones y asociaciones estudiantiles,
sindicatos públicos y privados, gremios y proletariado en general, en El
Salvador se ha entrado en lo que Cayetano Carpio llamaba: instinto de clase, o sea, la expresión espontanea de indignación,
el deseo de organización y la exigencia de reivindicación[1];
el mero conocimiento de que existe un enemigo (que a veces no es el enemigo)
nos hace sentirnos parte de una causa y aquel que no se encuentre en esa causa,
es desplazado a pesar de ser parte de nuestra clase. Nos gusta etiquetarnos y
es propio del instinto de clase, no de la conciencia de clase; el instinto da
paso al izquierdismo, a buscar todo instantáneamente pero no a una preparación
real tanto ideológica, como política y económica.
Pero eso no responde
completamente la pregunta central expuesta en este artículo, desde mi punto de
vista, existe un factor que le he llamado “Nostalgia
de guerra civil”, en este caso lo describiré como ese ilógico deseo de
sentirse que uno lucha, que uno tomará un fusil, de que tarde o temprano podrán
reprimirnos y que de alguna manera unificará la lucha. Esto es peligroso, ya
que distorsiona nuestra sensación, percepción, representación y aprehensión de
la realidad y nos hace tener un “análisis” ahistórico de lo que acontece en El
Salvador. No nos podemos guiar por aventurismos o sentimientos de heroísmo. El
triunfo popular será no por un mesías, sino por la lucha de la clase popular en
El Salvador y Centroamérica en general.
Por último, creo que es
necesario decir que las ideas izquierdistas se han Institucionalizado en el
FMLN, la institucionalización de las
ideas comunistas, en una sociedad democrática burguesa liberal, han dañado
completamente el aparataje de lucha que se podría tener; cuando se
institucionaliza, se tiene un enemigo, pero, ¿es realmente ARENA el enemigo?,
ARENA es parte de la maquinaria del enemigo, pero no es el enemigo principal, a
lo largo de la historia el enemigo muta, se disfraza: Pro Patria, PRUD, PCN,
PDC, hoy ARENA, mañana ¿PSP? ¿FMLN? ¿GANA?, no importa el nombre. En los años
60 eran militares y algunos oligarcas, ¿sigue siendo la oligarquía el enemigo? Claramente,
pero no podemos desde ya llamarla oligarquía, han mutado de igual manera. La
clase burguesa será nuestra enemiga siempre, el imperialismo el enemigo
verdadero, el sistema capitalista, el enemigo inmaterial. La
institucionalización nos ciega, creemos que todos los que son de ARENA no
merecen ni que les hablemos, los excluimos cuando al final son de nuestra misma
clase, Fidel Castro decía: “Y cuando alguien no comprende algo, no cesen de
discutir con el hasta que comprenda, y si no comprende hoy, comprenderá mañana,
comprenderá pasado, porque las verdades de la realidad histórica son tan
claras, tan evidentes, que tarde o temprano toda inteligencia honrada las
comprende. Es decir, no se trata de adoctrinar.”
Ante esta situación
encontramos que se han creado tantas organizaciones, que a pesar de no ser
parte del FMLN buscan una institucionalización, declaran traidores a los del
FMLN, y es cierto, el FMLN es traidor, pero no todo el FMLN, la cúpula es la
traidora, la base es engañada. No es necesario excluir a todos, solo a aquellos
que se atrevieron a escupir sobre los muertos y mártires de nuestra lucha
revolucionaria.
Para concluir este
pequeño artículo, me atrevo a recomendar los pasos necesarios para la
unificación de nuestra lucha, que nuestra lucha sea siempre clasista,
revolucionaria; los verdaderos revolucionarios no podemos quedarnos callados
ante las injusticias que lumpen proletarios organizados por déspotas burgueses
hacen ante el pueblo, ante el campesino y el trabajador.
1)
Preparación ideológica verdadera dentro
de las organizaciones estudiantiles, obreras, campesinas y de gremios
informales
2)
Llamado a la unidad de parte de toda
aquella organización que luche contra la burguesía, el imperialismo y el
capitalismo
3)
Urgente trabajo de concientización entre
los barrios, colonias y escuelas a los jóvenes que tengan un riesgo enorme de
entrar a pandillas.
4)
Creación de espacios populares donde se
promueva las ideas de la clase obrera y se tenga acceso a cultura popular
5)
Creación de zonas obreras autónomas que
sirvan de retaguardia (Nuestras montañas son las masas)
6)
Armas para el pueblo.
SOLO LUCHANDO
SOLO COMBATIENDO
NOS FORTALECEMOS
¡¡¡ VIVAN LAS LUCHAS POPULARES!!!
¡¡¡ VIVA LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA!!!
San Salvador, 13
de agosto de 2015.
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