El
próximo 1 de marzo de 2015, El Salvador nuevamente tendrá la tediosa tarea de
buscar el mejor lobo para pastorear las ovejas (una forma pesimista de ver las
elecciones que creo que es la que mejor se pega a la realidad), ningún partido
político representa los intereses de los trabajadores, ni de los sectores que
lo conforman (Agrícola, Industrial, Comercio e Informal y algunos sectores de
la pequeña burguesía); estas elecciones demuestran la poca creatividad de los
partidos políticos en dar propuestas, y no es que no las tengan, cada partido
político inscrito responde al proyecto político de la fuerza social que
representa, pero el país no tiene dueño absoluto, no es la finca de los “14”
oligarcas que desde principios del siglo XIX hasta 1979 controlaron a sus
anchas el país y que desde 1989 hasta 2009 lo volverían a hacer (1979-1989 fue
un periodo que Estados Unidos mantuvo su mano sobre la nación a través de la
alianza propuesta entre Fuerzas Armadas y Partido Demócrata Cristiano).
Los
momentos precisos de los cambios en la superestructura política y jurídica, así
como los movimientos de la infraestructura económica en El Salvador, están
claramente vistos entre mediados de la década de los 70 hasta principios de la
década de los 90; prácticamente se habla de la guerra civil como el cisma de
las contradicciones, y en cierto aspecto ello es cierto.
Pero
nos preguntamos ¿Qué determinó el último golpe de Estado en el país, el 15 de
octubre de 1979? ¿Cuánta influencia tiene la constitución de 1983? ¿La alianza
Fuerzas Armadas – Partido Demócrata Cristiano benefició a quién? ¿Por qué el
FMLN cambia su postura política y su cambio de programa de la Gobierno
Democrático Revolucionario al Gobierno de la Amplia Participación?
No
podremos entender la actual situación electoral sino comprendemos el pasado
inmediato salvadoreño, si no se hace una relación entre cada acción, táctica y
estrategia manejada por las distintas fuerzas sociales que han estado en pugna
desde mediados de la década de los 70 en El Salvador.
El
golpe de Estado de 1979, se dio por un ala de la FFAA, que pretendía no llegar
a la guerra civil y mantener un periodo de elecciones periódico donde se
“respetará” las ideologías en contienda (se conoce que la FFAA buscaron a
miembros del Bloque Popular Revolucionario BPR, para que les apoyara en el
golpe de Estado), este golpe es el primer paso para que una parte de las FFAA
se aliará con el PDC, alianza que se mantuvo hasta 1989 cuando ARENA llega al
poder.
La
constitución de 1983, da un quiebre a la superestructura jurídica que se
mantenía desde 1950; era una constitución de corte liberal, pero sobre todo,
CONTRAINSURGENTE, dando un paso a que ella fuera el motor de lo que se conoce
como medidas de ajuste estructural. Esta constitución fue reformulada por lo
propuesto en la Junta Revolucionara de Gobierno, ante la presión del imperio
estadounidense, de cortarle las alas al movimiento popular y a la guerrilla
salvadoreña, de ahí que se rescaté la figura del Ing. Napoleón Duarte y que
aparezca reconciliado con la FFAA, la misma que lo mando al exilio en 1972,
tras el fraude electoral (algo semejante pasa en la actualidad, con la
incorporación de Jaime Hill al concejo municipal propuesto por Nayib Bukele del
FMLN mostrándolo como el signo del perdón ¿casualidad?)
Del
FMLN como guerrilla, como antigua unificación de las clases desposeídas, su
paso de la GPP-GDR a la GAP, será otro ensayo que se elabora alrededor del
asesinato de Marcial y los Acuerdos de Paz.
Teniendo
medianamente claro lo que nos constituyó a lo que ahora conocemos como El
Salvador, claramente estamos hablando que en este momento se vive una lucha negociada por el control Estatal, la
lucha se da porque el modelo de producción (¿O acaparación?) beneficiará a
aquel que tenga control del Estado Burgués Salvadoreño. A diferencia de
Honduras, Guatemala y Nicaragua (citó dichos países por la cercanía de los
territorios), no existe un bloque hegemónico capaz de controlar el poder en el seno
gubernamental ni Estatal. ¿Por qué no existe un bloque hegemónico? En un
anterior trabajo presentado en el XIV Congreso Centroamericano de Sociología,
explicaba que actualmente existen tres bloques económicos en el país (Bloque
tradicional: ARENA-ANEP, Bloque Emergente: FMLN-ALBA, Bloque Liberal:
UNIDAD-¿Democracia Salvadoreña?), que viven en una pugna electoral política que
no llegará a ningún fin, a menos que cualesquiera de los bloques logré derrotar
a los otros, una fuerza social que se ponga de acuerdo para llevar a cabo el
proyecto político. Si bien es cierto que está elección no es más que la
repetición de un show mediático, y que los bloques solamente buscan ver en qué
punto partirán en la nueva asamblea legislativa que llegará el 1 de mayo de 2015;
¿Qué tienen de novedosos los candidatos? A lo que se responde que ninguno de
los candidatos en realidad expresará nada nuevo ya que responden a distintos
grupos: Nayib y los nuevos empresarios colorados; ARENA y sus ideas
conservadoras; el grupo de las derechas y su intento de buscar reactivar una
economía liberal.
A
todo esto, no existe ninguna forma de proyecto político de los trabajadores, ya
que ellos ideológicamente están concentrados en el conservadurismo, muchos de
ellos no tienen el grado de madurez ideológica y no pueden participar en
política, ya que nos han arrebatado el sentido político que es necesario para
exigir, proponer y construir un modelo político diferente a la que cada uno de
los propuestos en la contienda electoral.
En
los próximos artículos, llegaré a la explicación de cada bloque, así como el
paso de una élite a otra, y propuestas para elaborar un modelo alternativo en
la política.
El Salvador: el país de la eterna sonrisa (Frase acuñada para la presentación de Miss Universo 1975)
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