En total acuerdo con Hakim Bey*, para quien el mapa es una abstracción que no puede cubrir con presión 1:1 la complejidad fractal de la geografía.
La noticia
conmocionó a todo el mundo. La radio, la televisión y las redes sociales se
saturaron de voces que opinaban, interrogaban y buscaban la manera hacer oír
sus dudas, su alteración, voces que querían decir lo que pensaban sobre aquel
hallazgo. Y no era para menos. La vida, para todos nosotros, como se conocía
hasta entonces, dejo de ser una maravilla y pasó a ser un misterio, un misterio
todavía mayor; tanto que ni el pensamiento científico más riguroso podía
explicar lo que sucedía allá en Iqbal. Así que, circunscritos a las
limitaciones observamos atónitos.
Se supo que
en Iqbal no existía la mortalidad infantil, un indicador muy acostumbrado y
consistente que la Organización de las Naciones unidas utiliza para cuantificar
el desarrollo de un Estado Nación. También se supo que en Iqbal todas las
personas tienen vivienda propia, no existe una sola persona que sea desposeída
o huérfana. Las casas son robustas y bellas, de paredes sólidas con acabados
finísimos y delicados. Alguien dijo que lo que se leía en esos grabados
hermosos, en lenguaje del lugar, era el nombre de las mujeres que habitaban en
la vivienda. Unos más osados insinuaron que en Iqbal el derecho paterno era
cosa del pasado y lo aseguraban debido a la referencialidad incesante de los acentos
femeninos por todas partes. En Iqbal todos trabajan, al parecer no existe jefes ni amos y nadie consigue más de lo que otra persona tiene,
nadie se queda con el excedente del trabajo ajeno, no existe esa conciencia de
apropiación codiciosa. La tierra sabia y todopoderosa da a cada persona, sea niño,
niña, o anciano, lo suficiente. Se supo además, para un estupor mayor, que la
fauna de Iqbal es también muy particular. Según las primeras exploraciones, los
animales no comen otra cosa más que hierbas y polvo; No hay persecución ni
antagonismos entre ninguna de las especies, todas conviven en paz junto con las
personas. El National Geographic magazine publicó algunas fotografías. Esto es
lo que tenemos, esto es lo que sabemos y lo que no sabemos se acumula en una
pila de cientos de miles de preguntas... por ejemplo, ¿Por qué no habíamos visto
antes esta ciudad en un mapa?
*Hakim Bey o "señor juez" en turco, es el seudónimo de Peter Lamborn Wilson. Autor de Zona temporalmente autónoma (1990), anarcoindividualista y considerado por muchos el padre ideológico de los hackers.
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