miércoles, 18 de febrero de 2015

Adoctrinamiento: los niños y niñas de Venezuela e Israel

Uno de los debates que la pedagogía libertaria puso sobre la mesa desde la primera década del siglo XX  fue si enseñar la ideología anarquista es o no un acto ético en una educación que se pretende libre. En otras palabras, si enseñar las ideas de los anarquistas de la época y educar con las publicaciones de dichos personajes era o no ético para una agenda educativa que se diferenciaba –desde la época hasta nuestros días- por colocar su interés en el desarrollo libre y antiautoritario de los niñxs.
El siguiente artículo pretende realizar una comparación entre dos regímenes políticos “diferentes” uno considerado de extrema derecha y por el otro lado un régimen de izquierda que ha pasado a la historia por su simpático y característico líder fallecido en Marzo de 2013. El escrito pretende profundizar en las consecuencias de una educación que no cultiva la duda y la diversidad como fundamentos de una gestión de conocimientos autónoma. Hay dos casos a los que haremos referencia mostrando como, por un lado, estos adoctrinamientos son realizados desde una estructura superior que facilita la homogenización del hecho y que corrompe más fácil mente los procesos cognitivos y por el otro como las estructuras obedecen a una manera específica de hacer política, desde la ideología predicada por cada una de las estructuras.

El estado y la administración de la vida humana
Estas estructuras a las que nos referimos en la introducción no son más que una manera de nombrar a los Estados nacionales de Venezuela e Israel. En vista de que ambos son de un interés sobresaliente para nuestro artículo, de manera general, en adelante, les llamaremos estructuras y no Estados porque ya explicamos aquí la sustitución de una palabra por la otra. ¿Qué sucede con estas estructuras? Lo que hay que decir sobre ellas es que desde siempre, o más bien, desde sus inicios, esta estructura clásica (no nos referimos a Israel ni a Venezuela en particular) fue organizada para poder realizar sus fines de manera que parecieran legítimos y coherentes en función del goce general absoluto de todas y cada una de las personas que vivían en el territorio en que la estructura tenia control. Con la genial idea de Montesquieu, de la separación del poder de la estructura en tres grandes monopolios, cada cosa que la estructura necesite para moverse y existir se realiza a partir de ese gran principio de soberanía.

Los libros escolares
En ese sentido la primera pregunta que debemos hacernos es ¿Qué tiene la estructura en su haber para poder hacer lo hace? La respuesta parece simple: Una organización monopólica que administra la vida humana a través de las instituciones. Por eso cuando El diario de hoy, que es un medio de comunicación que pertenece a la derecha en El Salvador, publicó una noticia –nótese bien esta irregularidad- internacional, en la sección de nacionales, levantó nuestra sospecha y más aún el artículo que aparecía en fuente Times New Roman que decía: “Niños venezolanos «aprenden» chavismo en los libros escolares”[1]. Este es un ejemplo que sirve para destacar muchas otras cosas que ocurren en el mundo, no solo en la educación sino también en la vida política de los pueblos, su salud, su sexualidad, su economía, etc. Es la arbitrariedad, esa intervención de un proceso que debiera ser gestionado por las propias personas lo que Bakunin llama “medios para conservar a las naciones en esclavitud”. No es un bien común o una acción que generalice la felicidad para la gente, es más bien, un punto de agenda para adoctrinar a toda una generación. Como exclamaba el mismo Bakunin:
“Tales son los cuentos absurdos (refiriéndose a la religión) que se divulgan y tales son las doctrinas monstruosas que se enseñan en Pleno siglo XIX, en todas las escuelas populares de Europa, por orden expresa de los gobiernos. ¡A eso se llama civilizar a los pueblos! ¿No es evidente que todos esos gobiernos son los envenenadores sistemáticos, los embrutecedores interesados de las masas populares?”[2]
No vamos a desviar el tema sobre la fuente de origen de la noticia o acerca de las ideologías que claramente se contraponen en esta situación. Lo que hay que destacar es la manera en que el oficialismo distribuye y convierte, en Venezuela, el material didáctico en una herramienta de adoctrinamiento. Lo realmente serio es la manera en que viajan las ideas de esta ideología y de la imagen del “lider” a través de los libros que miles de niñxs abren todos los días cada vez que van a la escuela. No se puede subestimar esta táctica perversa de lxs gobernantes. Más aun cuando lo que se enseña no es solamente a calcular con problemas matemáticos que hacen referencia a las políticas y programas sociales del gobierno sino a odiar a un grupo étnico y sembrar xenofobia. Estimar el nivel de deshumanización que conlleva crear y administrar este proceso de adoctrinamiento es incalculable. Tal es el caso de lxs niñxs Israelíes.

Nurit Peled – Elhanan, profesora de la Universidad Hebrea de Jerusalén publicó un libro en 2011 titulado: Palestina en los libros escolares Israelíes. Este libro explica como la ideología y la propaganda que, no viene de manera espontánea, enseña a lxs niñxs a marginalizar al pueblo palestino y a prepararlos para el servicio militar. ¿Por qué los libros? Sin lugar a dudas este objeto tiene una importancia fundamental en la forma de educación occidental. Lxs niñxs tienen que leer, por ejemplo, los libros, porque los exámenes y pruebas evalúan el nivel y la profundidad del conocimiento sobre el contenido de los libros. No hay mejor forma de introducir una idea ajena en otro que haciéndolo repetir y repetir hasta el cansancio. Así se doblegan los espíritus de la niñez que sin saberlo está siendo utilizada y violentada por lxs gobernantes. Solo de imaginar la realidad de lxs niñxs Israelíes que, al término del bachillerato, son convocados para el ejército, nos obliga a pensar en el tema que dejamos hace varias líneas: la estructura y el monopolio de la vida. El devenir de esta niñez Israelí que ha sido adoctrinada para desconocer la humanidad del pueblo Palestino es oscuro y perturbador, hablando en clave política y planetaria. Porque si todo un pueblo es representado en un libro que se lee por niñxs, todos los días en la escuela, como problema o amenaza, el resultado no puede ser otro más que pensar que desaparecer a una de estas personas ayuda a todas las demás.
Para concluir y resolver el último asunto anunciado en la introducción, debe decirse que la educación o es en libertad o no lo es. Lo dijo mejor, con un talante humanista y revolucionario alguien a quien todxs lxs libertarios del mundo debemos el hecho de haber visto nacer la primera escuela anarquista: Ferrer i Guardia. En su Escuela moderna dijo: 
“la escuela[…] se propone dar a los niños vitalidad cerebral propia, a fin de que cuando se emancipen de su racional tutoría, continúen siendo en el mundo social enemigos mortales de prejuicios de toda clase, propendiendo a formarse convicciones razonadas, propias, sobre todo lo que sea objeto del pensamiento[3]”.
Es sabido que ningún régimen sea este de derechas o de izquierdas dará vitalidad, en palabras de Francisco Ferrer, a la capacidad de dudar, investigar, a la inquietud por repensar las cosas porque, y ese es el principio del adoctrinamiento, nadie debe pensar diferente. Toda idea diferente es una disidencia y merece la persecución y la estigmatización hasta la desaparición de la persona y de la personalidad del que ha pensado. De manera que, repito aquella máxima: La educación, o es en libertad o no lo es.




[1] Agencias (2015) “Niños venezolanos «aprenden» chavismo en los libros escolares” El Diario de Hoy. Pág. 42
[2] Bakunin, Mijaíl. (1882) Dios y el Estado. El Salvador. Ediciones Papalota negra.
[3] Ferrer,Francisco. (2014) La escuela Moderna. El Salvador. Ediciones la Papalota negra.

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