Uno de los debates que la
pedagogía libertaria puso sobre la mesa desde la primera década del siglo
XX fue si enseñar la ideología
anarquista es o no un acto ético en una educación que se pretende libre. En
otras palabras, si enseñar las ideas de los anarquistas de la época y educar
con las publicaciones de dichos personajes era o no ético para una agenda
educativa que se diferenciaba –desde la época hasta nuestros días- por colocar
su interés en el desarrollo libre y antiautoritario de los niñxs.
El siguiente artículo pretende
realizar una comparación entre dos regímenes políticos “diferentes” uno
considerado de extrema derecha y por el otro lado un régimen de izquierda que
ha pasado a la historia por su simpático y característico líder fallecido en Marzo
de 2013. El escrito pretende profundizar en las consecuencias de una educación
que no cultiva la duda y la diversidad como fundamentos de una gestión de
conocimientos autónoma. Hay dos casos a los que haremos referencia mostrando
como, por un lado, estos adoctrinamientos son realizados desde una estructura
superior que facilita la homogenización del hecho y que corrompe más fácil
mente los procesos cognitivos y por el otro como las estructuras obedecen a una
manera específica de hacer política, desde la ideología predicada por cada una
de las estructuras.
El estado y la administración de la vida humana
Estas estructuras a las que nos
referimos en la introducción no son más que una manera de nombrar a los Estados
nacionales de Venezuela e Israel. En vista de que ambos son de un interés
sobresaliente para nuestro artículo, de manera general, en adelante, les
llamaremos estructuras y no Estados porque ya explicamos aquí la sustitución de
una palabra por la otra. ¿Qué sucede con estas estructuras? Lo que hay que
decir sobre ellas es que desde siempre, o más bien, desde sus inicios, esta
estructura clásica (no nos referimos a Israel ni a Venezuela en particular) fue
organizada para poder realizar sus fines de manera que parecieran legítimos y
coherentes en función del goce general absoluto de todas y cada una de las
personas que vivían en el territorio en que la estructura tenia control. Con la
genial idea de Montesquieu, de la separación del poder de la estructura en tres
grandes monopolios, cada cosa que la estructura necesite para moverse y existir
se realiza a partir de ese gran principio de soberanía.
Los libros escolares
En ese sentido la primera
pregunta que debemos hacernos es ¿Qué tiene la estructura en su haber para
poder hacer lo hace? La respuesta parece simple: Una organización monopólica
que administra la vida humana a través de las instituciones. Por eso cuando El
diario de hoy, que es un medio de comunicación que pertenece a la derecha en El
Salvador, publicó una noticia –nótese bien esta irregularidad- internacional,
en la sección de nacionales, levantó nuestra sospecha y más aún el artículo que
aparecía en fuente Times New Roman que decía: “Niños venezolanos «aprenden» chavismo en los libros
escolares”[1].
Este es un ejemplo que sirve para destacar muchas otras cosas que ocurren en el
mundo, no solo en la educación sino también en la vida política de los pueblos,
su salud, su sexualidad, su economía, etc. Es la arbitrariedad, esa
intervención de un proceso que debiera ser gestionado por las propias personas
lo que Bakunin llama “medios para conservar a las naciones en esclavitud”. No
es un bien común o una acción que generalice la felicidad para la gente, es más
bien, un punto de agenda para adoctrinar a toda una generación. Como exclamaba el
mismo Bakunin:
“Tales son los cuentos absurdos (refiriéndose a la religión) que se divulgan y tales son las doctrinas monstruosas que se enseñan en Pleno siglo XIX, en todas las escuelas populares de Europa, por orden expresa de los gobiernos. ¡A eso se llama civilizar a los pueblos! ¿No es evidente que todos esos gobiernos son los envenenadores sistemáticos, los embrutecedores interesados de las masas populares?”[2]
No vamos a desviar el tema sobre la fuente de origen
de la noticia o acerca de las ideologías que claramente se contraponen en esta
situación. Lo que hay que destacar es la manera en que el oficialismo
distribuye y convierte, en Venezuela, el material didáctico en una herramienta
de adoctrinamiento. Lo realmente serio es la manera en que viajan las ideas de
esta ideología y de la imagen del “lider” a través de los libros que miles de
niñxs abren todos los días cada vez que van a la escuela. No se puede subestimar
esta táctica perversa de lxs gobernantes. Más aun cuando lo que se enseña no es
solamente a calcular con problemas matemáticos que hacen referencia a las
políticas y programas sociales del gobierno sino a odiar a un grupo étnico y
sembrar xenofobia. Estimar el nivel de deshumanización que conlleva crear y
administrar este proceso de adoctrinamiento es incalculable. Tal es el caso de
lxs niñxs Israelíes.
Nurit Peled – Elhanan, profesora de la Universidad
Hebrea de Jerusalén publicó un libro en 2011 titulado: Palestina en los libros
escolares Israelíes. Este libro explica como la ideología y la propaganda que,
no viene de manera espontánea, enseña a lxs niñxs a marginalizar al pueblo
palestino y a prepararlos para el servicio militar. ¿Por qué los libros? Sin lugar
a dudas este objeto tiene una importancia fundamental en la forma de educación
occidental. Lxs niñxs tienen que leer, por ejemplo, los libros, porque los exámenes
y pruebas evalúan el nivel y la profundidad del conocimiento sobre el contenido
de los libros. No hay mejor forma de introducir una idea ajena en otro que haciéndolo
repetir y repetir hasta el cansancio. Así se doblegan los espíritus de la niñez
que sin saberlo está siendo utilizada y violentada por lxs gobernantes. Solo de
imaginar la realidad de lxs niñxs Israelíes que, al término del bachillerato,
son convocados para el ejército, nos obliga a pensar en el tema que dejamos
hace varias líneas: la estructura y el monopolio de la vida. El devenir de esta
niñez Israelí que ha sido adoctrinada para desconocer la humanidad del pueblo
Palestino es oscuro y perturbador, hablando en clave política y planetaria.
Porque si todo un pueblo es representado en un libro que se lee por niñxs,
todos los días en la escuela, como problema o amenaza, el resultado no puede
ser otro más que pensar que desaparecer a una de estas personas ayuda a todas
las demás.
Para concluir y resolver el último asunto anunciado en
la introducción, debe decirse que la educación o es en libertad o no lo es. Lo
dijo mejor, con un talante humanista y revolucionario alguien a quien todxs lxs
libertarios del mundo debemos el hecho de haber visto nacer la primera escuela
anarquista: Ferrer i Guardia. En su Escuela moderna dijo:
“la escuela[…] se propone dar a los niños vitalidad cerebral propia, a fin de que cuando se emancipen de su racional tutoría, continúen siendo en el mundo social enemigos mortales de prejuicios de toda clase, propendiendo a formarse convicciones razonadas, propias, sobre todo lo que sea objeto del pensamiento[3]”.Es sabido que ningún régimen sea este de derechas o de izquierdas dará vitalidad, en palabras de Francisco Ferrer, a la capacidad de dudar, investigar, a la inquietud por repensar las cosas porque, y ese es el principio del adoctrinamiento, nadie debe pensar diferente. Toda idea diferente es una disidencia y merece la persecución y la estigmatización hasta la desaparición de la persona y de la personalidad del que ha pensado. De manera que, repito aquella máxima: La educación, o es en libertad o no lo es.
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